La Ciudad de México, un tablero de ajedrez aéreo: Sheinbaum busca un respiro para el AIFA con guiño a aerolíneas de EE. UU.
Washington parece haber anotado un punto en la compleja partida por el control del espacio aéreo mexicano. La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, ha anunciado una medida que reconfigura la distribución de vuelos en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), buscando así dar un impulso al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). La decisión, que implica la redistribución de horarios de aterrizaje y despegue (slots) a favor de aerolíneas estadounidenses, llega en un momento de tensión diplomática y económica entre ambas naciones.
Recordemos que en 2022, México había tomado la decisión de suprimir ciertos vuelos desde el AICM, una medida que generó fricciones y, según se ha informado, llevó al gobierno de Donald Trump a revocar 13 rutas aéreas mexicanas hacia Estados Unidos como represalia. Ahora, en un aparente intento por suavizar las asperezas y reabrir canales de comunicación y negocio, Sheinbaum ha confirmado que se cederán espacios aéreos a las compañías estadounidenses.
“Se hizo una distribución de los slots en donde aerolíneas mexicanas ceden sus slots a las aerolíneas estadounidenses, en un marco de competitividad”, declaró la futura mandataria. Esta declaración sugiere un enfoque pragmático, buscando un equilibrio que beneficie a ambas partes, aunque deja abiertas preguntas sobre cómo se dará esta cesión y cuál será el impacto real en la competitividad de las aerolíneas nacionales.
La estrategia de Sheinbaum no se queda solo en esta redistribución de vuelos. Paralelamente, anunció que el próximo año entrará en funcionamiento un nuevo sistema digital en el AICM. El objetivo declarado es fomentar una mayor competencia y asegurar una distribución más equitativa de los espacios entre todas las aerolíneas que operan en el aeropuerto capitalino. Esta medida busca modernizar la gestión del AICM y, de paso, podría aliviar la saturación que ha sido una constante preocupación en los últimos años.
El impacto en el bolsillo y en la práctica
Para muchos ciudadanos, este tipo de decisiones, aunque parezcan lejanas, tienen un impacto directo. Una mayor oferta de vuelos, más competencia y una gestión más eficiente de los aeropuertos podrían traducirse en:
- Precios más accesibles: Con más aerolíneas compitiendo por los mismos pasajeros, es probable que veamos una tendencia a la baja en los precios de los boletos de avión, especialmente en rutas internacionales.
- Más opciones de horario: La redistribución de slots y el nuevo sistema digital podrían significar una mayor flexibilidad a la hora de planificar viajes, con más opciones de horarios de salida y llegada.
- Menos congestión: Si la medida contribuye a desahogar el AICM y a potenciar el AIFA, los viajeros podrían experimentar tiempos de espera más cortos y una experiencia de viaje más fluida.
La apuesta por el AIFA es clara. El gobierno busca consolidar este nuevo aeropuerto como una alternativa viable y atractiva. Sin embargo, el camino para lograrlo implica navegar por aguas a veces turbulentas, como las relaciones bilaterales con Estados Unidos y la necesidad de asegurar que las medidas tomadas no sacrifiquen la salud financiera o la capacidad operativa de las aerolíneas mexicanas. El éxito de esta estrategia dependerá de la implementación detallada del sistema digital, la negociación de los acuerdos de slots y, sobre todo, de la respuesta del mercado y de los viajeros.
Este movimiento político y aeronáutico es un claro ejemplo de cómo las decisiones gubernamentales pueden influir en la economía, la infraestructura y la vida cotidiana de miles de personas. El futuro de los cielos de la Ciudad de México se redefine, y el AIFA espera ver cómo este viraje estratégico le da el impulso necesario para despegar definitivamente.
