La doble ruta de regreso a México del doctor Jesús Luján: deportado por el ICE o extraditado por una orden de arresto pendiente
Después de casi un año prófugo de la justicia, las mujeres que denunciaron al doctor Jesús Luján han celebrado conocer que está arrestado por el ICE en California. La ficha del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos revela que el médico está bajo su custodia en el centro Otay Mesa de San Diego, al menos desde el 10 de octubre. El que fue uno de los ginecólogos más famosos de México se enfrenta así, al mismo tiempo, a un posible proceso de deportación por no tener en regla sus papeles migratorios —su visa fue revocada en junio, según documentos comprobados por EL PAÍS—, como a una posible extradición para cumplir con la orden de arresto que tiene pendiente desde el año pasado, a petición de la Fiscalía de Ciudad de México.
La noticia de la detención del doctor Jesús Luján en Estados Unidos ha resonado como un eco de esperanza para muchas de las mujeres que, durante años, lo señalaron por presuntos abusos sexuales y conductas inapropiadas durante consultas ginecológicas. Lo que alguna vez fue un secreto a voces en el ámbito médico, especialmente en el de la fertilidad, escaló hasta convertirse en una serie de denuncias formales que lo llevaron a evadir la justicia mexicana. Ahora, la cuestión no es si regresará a México, sino cómo y, lo que es más importante para las víctimas, bajo qué condiciones enfrentará las acusaciones.
El alivio de las víctimas y la complejidad del arresto
Para muchas de las denunciantes, esta noticia es un bálsamo. El arresto del doctor Luján por el ICE —el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos—, no solo significa que su paradero es conocido, sino que se ha dado un paso fundamental para que responda por los hechos que se le imputan. El doctor Luján, conocido por atender a un sinfín de pacientes en México y por su destacada posición en el campo de la ginecología, se convirtió en un fugitivo tras las primeras órdenes de aprehensión. Su detención en San Diego, en el centro Otay Mesa, pone fin a casi un año de incertidumbre, marcando un hito en la búsqueda de justicia por parte de las mujeres que alzaron la voz.
La situación legal del doctor Luján es compleja, pues transita por dos vías paralelas en el sistema legal estadounidense. Por un lado, se encuentra bajo custodia del ICE por una violación migratoria, ya que su visa fue revocada en junio, dejándolo sin estatus legal en el país. Esto abre la puerta a un proceso de deportación, un trámite administrativo relativamente expedito, donde el gobierno estadounidense lo regresaría a México por incumplir las leyes de inmigración. Por otro lado, existe una orden de arresto pendiente de la Fiscalía de Ciudad de México, lo que activa la posibilidad de un proceso de extradición, una ruta judicial más larga y formal, diseñada específicamente para que las personas acusadas de crímenes en un país sean entregadas al país que las reclama para enfrentar la justicia.
Deportación vs. extradición: dos caminos, distintas implicaciones
Entender la diferencia entre la deportación y la extradición es clave para comprender el futuro del doctor Luján y, sobre todo, el impacto para las víctimas. En términos sencillos:
- Deportación: Es un proceso administrativo gestionado por el ICE. Se basa en que el doctor Luján carece de estatus migratorio legal en Estados Unidos. Si se opta por esta vía, sería enviado de regreso a México, donde la Fiscalía tendría que estar atenta a su llegada para ejecutar la orden de arresto en el momento en que pise territorio nacional. Aunque podría ser un camino más rápido, no asegura de manera intrínseca su entrega directa a las autoridades que lo buscan por los delitos sexuales.
- Extradición: Este es un proceso judicial que requiere una solicitud formal del gobierno mexicano al estadounidense. Se enfoca directamente en la orden de arresto por los delitos que se le imputan. Implica audiencias ante jueces estadounidenses que evaluarían si se cumplen los requisitos para la entrega, asegurando que el doctor Luján sea entregado a las autoridades mexicanas para enfrentar específicamente las acusaciones penales. Este camino, aunque más lento y burocrático, garantiza que su regreso a México esté directamente vinculado con la necesidad de responder ante la justicia por los presuntos crímenes.
La elección de una u otra ruta dependerá de diversos factores, incluyendo las prioridades de las autoridades estadounidenses y mexicanas, así como las estrategias legales de la defensa del doctor Luján. Para la Fiscalía de Ciudad de México, la extradición sería la opción más sólida para asegurar que el doctor sea puesto a disposición judicial de inmediato para el proceso penal. Sin embargo, la rapidez de una deportación también podría ser atractiva, siempre y cuando existan mecanismos coordinados para su detención en la frontera.
Un paso adelante para la justicia y la comunidad
Más allá de los tecnicismos legales, la detención del doctor Jesús Luján es un momento significativo. Representa un avance importante para las mujeres que tuvieron la valentía de denunciar. Su caso ha puesto de manifiesto la importancia de la rendición de cuentas, incluso para figuras prominentes, y ha subrayado la necesidad de espacios seguros y libres de violencia en todos los ámbitos, incluyendo el médico.
Este episodio nos recuerda que, aunque el camino hacia la justicia puede ser largo y tortuoso, la persistencia y la colaboración entre instituciones nacionales e internacionales son fundamentales. La comunidad espera que, cualquiera que sea la ruta legal elegida, el doctor Luján enfrente un proceso justo y que las víctimas encuentren la verdad y la reparación que han buscado incansablemente. La confianza en el sistema de salud y en la justicia depende de casos como este, donde el compromiso con la verdad y la protección de los ciudadanos prevalezca por encima de todo.
